2022. exposición individual en hall central del Campus Creativo.
adocretos, tubos led, cables, algas secas y comestibles, cerámica, vaciados de aluminio, ensamblajes de fierro.
¿Qué tienen que ver los adocretos, los tubos led, el aluminio, la cerámica y las algas? ¿Y por qué llamarlo Hiperbocados? Lo hiper constituye exceso. Los bocados, cosas que comemos de una sola mordida. Resulta insólito concebir un hiperbocado, pues ¿cómo ingerir algo excesivo de una? El exceso no solo desborda por volumen, también se presenta como como algo abominablemente sigiloso. Morton dice que estamos en lo hiper, co-conformándonos inadvertidamente desde su peligro, “de hecho […] aparece montado sobre los mundos y las épocas como […] los campos electromagnéticos [y] a través de ellos, la causalidad fluye como una corriente eléctrica”. Lo hiper son cosas masivamente veladas, que inundan nuestras vidas, pero que apenas percibimos. Para pensar esto imagina la forma que tendría el derrame de desechos tóxicos de nuestra industria metalúrgica ¿Cuáles serían sus límites? ¿Qué cadenas de organismos se verían afectados? ¿Hasta dónde trazaríamos esta constante huella aciaga? Sobre estos asuntos, el caso que me interesa es el de las algas, un material en estrecho contacto con lo hiper. Estos organismos hacen biosorción, es decir, acumulan en sus tejidos materiales antropogénicos vertidos al mar. Quizás la forma de los desechos que producimos no pueda observarse directamente, sin embargo las algas, al acumular pasivamente metales, permiten constatar este exceso. Por otra parte, albergan nutrientes que las hace superalimentos y un par de moléculas que provocan altos niveles de umami en nuestros paladares cuando las comemos. Esto era reconocido por las culturas precolombinas de nuestra costa, quienes las incluían en su dieta tanto como en sus curaciones. Las algas, entonces, presentan una contradicción fabulosa, por un lado alimentos formidables, por otra, acumuladores de desechos tóxicos. Me pregunto finalmente si es posible que las algas, nuestras costumbres culinarias, los desechos de nuestros modos de vida y la crisis, puedan tratarse como ingredientes que preparar en un plato; pero uno raro, que permita ver su ensamblaje ominoso.